27 octubre 2013

Galletas "gingerbread man" de chocolate {asalto en el camposanto}

Nuevamente tenemos entre manos el reto del Asaltablogs, la iniciativa de Gastroandalusí para saquear la colección de recetas de algún otro bloguero cada mes.
Yo me planteo estos retos como una ocasión de recorrer todas las posibilidades que nos ha ofrecido la historia del crimen para llegar a un mismo objetivo: hacerse con los bienes ajenos. El tipo de asalto que nos va a ocupar hoy es el asalto de los ladrones cobardicas y vaguetes porque el propietario de los bienes codiciados no ofrece resistencia alguna... o eso creen los asaltadores. Hoy hablaremos del Asalto al difunto.

21 octubre 2013

Draculines y diadema vampira - DIY

¿Recordáis qué es lo que más miedo os daba de pequeños? A mí Drácula. No los vampiros en general sino el Conde Drácula. Esto se agravaba porque los vecinos tenían un reloj que marcaba las horas a un volumen tal que te daban ganas de tomarte doce uvas si te pillaba despierto. Cosa que a mí no me ocurría con frecuencia porque mi objetivo al irme a la cama era estar dormida antes de medianoche para no morirme de miedo. Oír las campanadas y empezar a imaginarme abriéndose la tapa del ataúd y a Drácula saliendo a buscarme era todo uno. Y ya no había quien se durmiera porque había que estar alerta... Ahora lo pienso y no tenía ningún sentido: por un lado, si estaba dormida me sentía a salvo, porque como todo el mundo sabe, la sangre de los dormidos no le gusta a Drácula (¿?), pero si estaba despierta, ya mejor no dormirse, porque estar despierta era la forma de que no me pillara por el pescuezo. El miedo es libre, y tonto por lo que se ve.

18 octubre 2013

Migas en La Mancha {pan con cuchara}

Si nunca has comido el pan a cucharadas necesitas escribir YA la lista de cosas que no puedes dejar de hacer antes de morirte. Yo ya he tachado ésta de mi lista. El pasado fin de semana participé en una experiencia gastronómica de primer nivel en el corazón de La Mancha. Comí migas manchegas. En realidad comí LAS migas manchegas. Eso significa que, además de haber disfrutado como loca haciendo una de las cosas que considero más gratificantes del mundo, que es zampar hasta hartarme rodeada de la gente que quiero, debo pasar al siguiente punto de mi lista (¡Sambódromo allá voy!).

14 octubre 2013

Pumpkin loaf con streusel de avellana

 Me he resistido todo lo que he podido. Porque cuando te pones los calcetines marcas el punto de no retorno. Mi negación del hecho de que ha terminado el verano ha durado mientras he podido ir sin medias ni calcetines, pero hoy he dado paso a la fase de aceptación. El caso es que no sé cómo no lo he asumido antes porque mi oficina y su aire acondicionado me hacen vivir dentro del rodaje de Ice Age,  pero dentro del glaciar mismo. Han tenido que ser los 8 grados que había en la calle cuando me he levantado los que me han traído a la realidad de pies tapados durante los próximos 7-8 meses. Summer is over. Ya soy capaz de decirlo sin llorar.

07 octubre 2013

Magdalenas caseras con huevos de corral y AOVE

A menudo me sorprendo a mí misma cambiando el final de un cuento clásico por miedo a asustar a mis niñas con la crudeza  de los cuentos que me contaban de pequeña. Y con la misma frecuencia pienso que yo tampoco he acabado siendo el carnicero de Milwaukee por saber que la mamá cabra cortó en canal al lobo para sacarle a los cabritillos de la tripa y se la llenó de piedras para que se hundiera en el río al ir a beber, y entonces, vuelvo al final original que es el que les acabo contando a mis hijas para seguir con la tradición sanguinaria.

04 octubre 2013

Chili con carne {a mi manera}

Me encanta el picante, y me encantan las chuches, así que cuando una amiga mexicana al volver a Madrid tras unas vacaciones en su casa me trajo chuches típicas de México supe que mi alma de niña nunca ha sido de princesa disney sino de Chavo del Ocho. Yo tendría que haber sido niña en Oaxaca y no sólo por la plata. No hay maridaje más sublime que el de los Miguelitos, unos sobrecillos con un polvito que se asemeja al inocente pica-pica que tomamos aquí, pero que es en realidad auténtico chile piquín con azúcar. Chile! Con azúcar! Mag-ni-fi-que!
Te lo echas en la mano y le pasas el lengüetazo y prepárate para llorar. Y para tener la palma de la mano como si hubieras cogido un ramo de ortigas. Pero lo que me gusta... No hay nada igual.
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